lunes, 30 de noviembre de 2009

HIJO, MI QUERIDO HIJO

 

 Un padre atribulado

 

«El día en que este viejo ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme»

 

"Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide amarrarme los zapatos, recuerda las horas que pasé enseñándote h hacer las mismas cosas".  Si cuando converses conmigo repito una y otra vez las mismas palabras, que sabes de sobra como terminan, no me interrumpas y escúchame.  Cuando eras pequeño, para que te durmieras tuve que contarte miles de veces el mismo cuento, hasta que cerrabas los ojos.

 

Cuando estemos reunidos y sin querer hago mis necesidades, no te avergüences y comprende que no tengo culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas.  Piensa cuantas veces cuando niño te ayudé y estuve a tu lado pacientemente esperando que terminaras lo que estabas haciendo.  No me reproches  porque no quiera bañarme, no me regañes por ello, recuerda todas las veces que te perseguí y los miles de pretextos que inventaba para hacerte más agradable el aseo.  Acéptame y perdóname, ya que soy tu niño ahora.

 

Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para tratar de entenderlas.  Por favor,  no me lastimes con tu sonrisa burlona.  Acuérdate que yo fui quien te enseñó muchas cosas que entonces te asombraban.

 

Recuerda que el comer, vestirte y tu educación para enfrentar la vida tan bien como lo haces, es producto de mi esfuerzo, amor y perseverancia por ti.  Cuestión que, si bien no es una gracia, sino una responsabilidad y obligación paterna, siempre dedique todo mi esfuerzo en cumplirla a carta cabal y sin menoscabo de cualquier esfuerzo, por grande que este fuera.

 

En las ocasiones en que, al conversar me llegue a olvidar de qué estábamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde y si no puedo hacerlo no te burles de mi; tal vez no era importante lo que hablaba y me conforme con lo que escuchaste en ese momento.

 

Si alguna vez ya no quiero comer, no insistas.  Sé cuando puedo y cuando no puedo.  También comprende que con el tiempo ya no tengo dientes para morder, ni gusto para sentir. 

 

Cuando me tiemblen mis piernas  por estar cansadas de andar, dame tu mano tierna para apoyarme, como lo hice yo contigo cuando comenzaste a caminar con tus aún débiles piernitas.

 

Por último, cuando al fin me oigas decir que ya no quiero vivir y sólo quiero morir, no te enfades.  Algún día entenderás que esto no tiene con mi cariño hacia ti,  Trata de entender que ya no vivo, sino sobrevivo eso muchas veces no es vivir.  Siempre quiero lo mejor para ti y he preparado los caminos  que has sabido recorrer.  Piensa entonces que con el paso que me adelanto a dar, estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo.  No te sientas triste e impotente por verme como me veas.  Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como yo lo hice cuando tú empezaste a vivir.  De la misma manera como te he acompañado en tu sendero, te ruego me acompañes para terminar el mío con tu amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti.

 

Pero, suceda lo que suceda, me trates como me trates, así me vilipendies, soy tu padre y no dejaré de serlo, por lo tanto mi amor siempre lo tendrás pues éste es incondicional, es a prueba de cualquier embate o vicisitud, por grande que estos sean.  Mi perdón está latente anticipadamente. 

 

De cualquier modo,  yo te pido que no me trates con desprecio, la nobleza en el trato distingue a los hombres.  No me queda mucho tiempo de vida, hazme feliz en lo que me resta de ella.  Para un viejo la mayor felicidad es la relación con los hijos.  Todo lo que hagas por a para mí con ese enfoque enaltecerá tu alma y la elevará hacia Dios.

 

Te quiero mucho hijo mío.  Dios te bendiga por y para siempre.

 

Tu padre.

 

 

«LA ORACIÓN DEL QUE SE HUMILLA PENETRARÁ HASTA LAS NUBES»
 



¡Encuentra las mejores recetas
con Yahoo! Cocina!
http://mx.mujer.yahoo.com/cocina/

No hay comentarios:

Publicar un comentario